Hoja informativa sobre la incontinencia (para las escuelas)
Qué deben saber los maestros
La incontinencia es frecuente en los niños de preescolar. Se suele deber a que los niños esperan hasta el último minuto para ir al baño. La incontinencia urinaria, o mojar la ropa durante el día, es más frecuente que la incontinencia fecal (hacerse caca encima). La incontinencia vesical (de la vejiga) o intestinal es todavía más infrecuente en los alumnos de primaria y de secundaria.
Entre las causas del trastorno de la incontinencia, se incluyen las siguientes:
- vejiga hiperactiva
- estreñimiento, que puede llevar a incontinencia fecal o urinaria
- problemas en los nervios de la parte inferior de la médula espinal que controlan las funciones vesical e intestinal
- problemas relacionados con otras afecciones, como la diabetes, la enfermedad inflamatoria intestinal, el síndrome del intestino irritable y la espina bífida
Los alumnos con incontinencia pueden:
- necesitar sentarse lo más cerca posible del baño
- perder tiempo de clase debido a sus frecuentes visitas al baño
- tener dolor o molestias por cuestiones relacionadas con la vejiga o los intestinos
- necesitar desplazarse a la enfermería escolar para medicarse o para cambiarse de ropa
- beneficiarse de un plan de educación 504
- estar ansiosos o avergonzados por su incontinencia
- exponerse a que se metan con ellos y a ser objeto de acoso escolar o bullying
Qué pueden hacer los maestros
La incontinencia puede afectar negativamente a la autoestima de sus alumnos, a su bienestar social e, incluso, a su rendimiento académico. Tener incontinencia puede avergonzar a muchos alumnos, sobre todo, si ocurre dentro del aula. La capacidad de un alumno para esperar a que haya descansos donde pueda ir al lavabo depende de una variedad de cosas. Por ejemplo, si se trata de un alumno con necesidades especiales, le puede costar tener que comunicar que necesita ir al baño.
Asegúrese de que los alumnos con incontinencia saben que pueden ir al baño siempre que lo necesiten, y sin tener que pedir permiso. Añadir pausas regulares y frecuentes en el horario escolar también puede ayudar a reducir este tipo de accidentes.
Aunque la mayoría de los alumnos con incontinencia la superan con la edad, hay otros que siguen teniendo dificultades para controlar sus esfínteres. Tenga paciencia, sea comprensivo con ellos, apóyelos y evite llamarles la atención delante de sus compañeros.