Cómo ayudar a su hijo a tomar medicamentos
¿Y si mi hijo no se quiere tomar un medicamento?
Algunos de los medicamentos que se recetan a los niños pueden tener sabores "asquerosos".
Los siguientes consejos lo pueden ayudar a conseguir que su hijo se tome sus medicamentos:
- Algunos niños pueden preferir tomarse los medicamentos cuando están muy fríos. Consulte a su farmacéutico para saber si la refrigeración es segura, porque este proceso puede alterar la eficacia de algunos fármacos.
- Antes de mezclar un medicamento con comida o con líquidos, consulte a su farmacéutico para tener la seguridad de que no afectará negativamente a su eficacia. Mezclar el medicamento con una pequeña cantidad de líquido o de comida blanda (como la compota de manzana) puede hacerlo un poco más apetitoso. Use solamente una cantidad reducida de alimento y asegúrese de que su hijo se lo come todo para recibir la dosis completa del medicamento. Evite mezclar el medicamento dentro del biberón: si el bebé no se acabara el biberón, podría no recibir la dosis completa.
- Si usa una jeringuilla, intente vaciar el medicamento (poco a poco) en el interior de la mejilla de su hijo, un lugar donde no hay papilas gustativas.
- Si su hijo tiene dificultades para tragarse pastillas o cápsulas, pregunte a su farmacéutico si las puede triturar y mezclar con alimentos blandos (como el pudin o la compota de manzana). (La eficacia de algunos fármacos puede verse alterada por el proceso de triturado o de aplastamiento.)
- Algunas farmacias ofrecen saborizantes, como los de chocolate, cereza, uva y chicle, para hacer que medicamentos como los antibióticos y los jarabes para la tos sean más apetitosos para los niños. Pida información al médico de su hijo o a su farmacéutico sobre la seguridad de usar saborizantes en la toma de medicamentos, sobre todo si su hijo es alérgico a los colorantes o a los edulcorantes.
Nunca trate de convencer a un niño de que un medicamento es una golosina para que se lo tome. Esto puede ser contraproducente, ya que el niño se podría tomar accidentalmente una sobredosis peligrosa del medicamento creyendo que se trata de una golosina. En lugar de eso, explíquele que el medicamento va a hacer que se encuentre mejor, pero que nunca lo puede tomar sin su supervisión o la de otro adulto.
Si su hijo escupe o vomita el medicamento, no le dé otra dosis; llame a su médico para que le indique cómo proceder.
Y si su hijo no mejora o empeora a pesar de que usted lo está medicando bien, hable con su médico.