Misofonía
También recibe el nombre de: síndrome de sensibilidad selectiva al sonido, síndrome de sensibilidad auditiva selectiva
¿Qué es la misofonía?
La misofonía consiste en que escuchar sonidos ordinarios, como a otras personas masticando o respirando, resulta desagradable y hasta puede llegar a ser muy molesto. Escuchar esos sonidos puede hacer que alguien se enfade y hasta que quiera salir de la habitación.
Este trastorno cerebral parece ser más frecuente en las mujeres. Se suele iniciar durante la preadolescencia y dura toda la etapa adulta. No existe cura para la misofonía en la actualidad, pero la terapia psicológica y otras estrategias pueden ayudar a las personas a sobrellevarla.
¿Cuáles son las causas de la misofonía?
La misofonía ocurre cuando el cerebro procesa ciertos sonidos de una manera que desencadena emociones fuertes. Esto parece deberse a la estructura del cerebro y sus conexiones.
En las personas con misofonía, las áreas del cerebro encargadas de procesar los sonidos y la respuesta de lucha o huida (cómo responde el cuerpo al estrés) no se comunican correctamente entre sí. Las personas también tienen una mayor actividad en las partes del cerebro encargadas de procesar la audición, las emociones y la memoria. Estas diferencias hacen que ciertos sonidos resulten intensos y desagradables.
La misofonía tiende a ser más frecuente en las personas afectadas por:
- diferencias cerebrales, como el trastorno del espectro autista o el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH)
- afecciones de la salud mental como el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), la depresión o el trastorno por estrés postraumático (TEPT)
- tener un familiar con misofonía
¿Cuáles son los signos y los síntomas?
El cerebro y el cuerpo de las personas afectadas por la misofonía suelen reaccionar a un sonido de la misma manera que lo harían ante algo peligroso. Los síntomas pueden incluir enfadarse, ponerse nervioso, inquieto, asustado o disgustado. La persona puede sudar, ponérsele la piel de gallina, tener opresión de pecho y un ritmo cardíaco acelerado.
Las personas con misofonía se pueden alejar de la situación al oír un sonido, hablar o gritar a la persona que hace el ruido, o intentar detener el ruido que les resulta tan molesto.
Hay muchos ruidos diferentes que pueden desencadenar la misofonía, incluyendo escuchar a otras personas:
- masticar, morder, sorber o tragar al comer o al beber
- estornudar, respirar o aclararse la garganta
- teclear en un teclado, dar golpecitos a un bolígrafo, o usar utensilios (como tenedores y cuchillos)
- arrugar un plástico o un papel
A veces, ver cosas como pequeños movimientos repetitivos (por ejemplo, sacudir un pie o mover los dedos) puede desencadenar la misofonía.
Muchas veces es un familiar o un buen amigo quien hace el sonido o la acción que molesta al paciente. Los médicos no saben por qué. Es raro que las personas con misofonía se molesten por los ruidos que hacen ellas mismas.
Alguien con misofonía puede tratar de mantenerse alejado de lugares donde abundan los sonidos irritantes, como la mesa del comedor o los restaurantes.
¿Cómo se diagnostica la misofonía?
Si cree que su hijo podría tener una misofonía, acuda a un médico o a un audiólogo. Estos son profesionales de la salud que ayudan a tratar los problemas de la audición y el equilibrio. Estos médicos le preguntarán sobre los síntomas y le harán una exploración física y una prueba de audición a su hijo.
A veces, los niños también pueden tener que visitar a un terapeuta o psicólogo.
¿Cómo se trata la misofonía?
El tratamiento de la misofonía puede incluir:
- Sonoterapia o terapia de desensibilización auditiva. Implica llevar un dispositivo en uno o ambos oídos que emite un ruido blanco (suaves sonidos de fondo como la estática o sonidos de la naturaleza como las olas del mar). Esto puede ayudar a que los niños tengan una menor reacción a los ruidos que les desencadenan las reacciones propias de las misofonía.
- Terapia cognitivo-conductual. Se trata de una especie de terapia conversacional que ayuda a los niños a gestionar el estrés que puede acompañar a la misofonía, con el objetivo de que los ruidos molestos les resulten menos irritantes. Pueden aprender diferentes métodos de afrontamiento, como la relajación y la meditación.
- Terapia de reentrenamiento del acúfeno (o tinnitus). Este tratamiento se suele usar para tratar el tinnitus (zumbido de oído), pero algunas investigaciones muestran que también puede ayudar a tratar la misofonía. Combina el asesoramiento propio de la terapia psicológica con la sonoterapia.
- Medicación. Algunos medicamentos pueden ayudar a tratar problemas de salud mental como la ansiedad, lo que podría aliviar la misofonía.
¿Cómo se gestiona la misofonía en la escuela?
Si su hijo padece misofonía y los sonidos en la escuela le desencadenan esta afección, hable con los maestros. Es posible que puedan hacer cambios sencillos que lo puedan ayudar.
Otras opciones son un programa de educación individualizada (IEP) o un plan 504. Ambos programas describen los objetivos y cualquier servicio de apoyo que su hijo pueda necesitar para rendir en la escuela. Para tener un IEP, los niños deben tener misofonía junto con otra afección. Hable con el maestro o el médico de su hijo para obtener más información al respecto.
¿Cómo pueden ayudar los padres?
Para ayudar a sobrellevar los efectos desagradables de la misofonía, anime a su hijo a:
- Dormir lo suficiente y hacer suficiente cantidad de ejercicio físico. Busque también formas de aliviar el estrés, como la respiración profunda.
- Usar auriculares, audífonos o tapones para los oídos para evitar los ruidos desencadenantes, aunque evitando usarlos demasiado. Eso podría hacer que su hijo fuera más sensible a ciertos sonidos.
- Escuchar ruido blanco para acallar los sonidos molestos.Hay máquinas y aplicaciones de ruido blanco.
Usted también puede:
- Crear espacios tranquilos en casa donde su hijo no oiga ciertos sonidos.
- Llevar a cabo actividades donde los ruidos que desencadenan las reacciones propias de la misofonía no se oigan tan fácilmente, como salir a caminar o jugar a los bolos. En vez de comer en un restaurante, hagan un pícnic al aire libre.
- Planificar las cosas con tiempo de antelación. Si su hijo quiere ver una película en el cine, por ejemplo, vayan cuando no haya mucha gente en la sala y siéntense en la última fila. Pida auriculares con asistencia auditiva.
- Hablar con otros miembros de la familia sobre la afección de su hijo para que puedan aprender a ayudarlo.
- Informarse bien. Visite sitios como los siguientes para obtener información y apoyo, y comparta lo que aprenda con su familia:
- Asociación de la Misofonía
- soQuiet (tan tranquilo)