Malaria
¿Qué es la malaria?
La malaria es una infección habitual en las zonas tropicales cálidas. Muy raramente, también puede ocurrir en los climas templados.
La malaria puede causar cuadros leves en algunas personas y una enfermedad que pone en riesgo la vida en otras. La malaria se puede curar si se trata de la forma adecuada.
¿Cuáles son las causas de la malaria?
La malaria es causada por parásitos transportados por los mosquitos. Los insectos contraen estos parásitos al picar a personas que ya tenían la enfermedad. Y luego trasmiten la malaria a otras personas cuando las pican.
Con muy poca frecuencia, la enfermedad se puede contagiar directamente de una persona a otra (de una madre a un hijo, en la "malaria congénita", en las transfusiones de sangre, la donación de órganos o al compartir agujas).
La malaria afecta a cientos de millones de personas en todo el mundo. La mayoría de los casos son en el África sub-Sahariana. Cada año, mueren más de medio millón de personas a causa de la malaria.
La malaria es muy poco frecuente en EE. UU., y la mayoría de los casos se dan en personas que viajan al extranjero, militares e inmigrantes. La malaria puede afectar a personas de todas las edades, pero los niños pequeños y las mujeres embarazadas son los más proclives a desarrollar una enfermedad grave debido a la malaria.
¿Cuáles son los signos y los síntomas de la malaria?
Los primeros síntomas de la malaria incluyen irritabilidad y somnolencia, así como falta de apetito y problemas para dormir. Estos síntomas suelen ir seguidos de escalofríos y después de fiebre asociada a respiración rápida. La fiebre puede ir aumentando progresivamente durante uno o dos días o bien subir repentinamente hasta los 105 °F (40,6 °C) o incluso más. Luego, cuando baja la fiebre y el cuerpo recupera rápidamente su temperatura normal, se produce un episodio de sudores intensos.
El mismo patrón de síntomas (escalofríos, fiebre, sudores) se puede repetir cada dos o tres días, dependiendo de cuál sea el parásito en concreto que haya provocado la infección.
Otros síntomas pueden incluir dolor de cabeza, náuseas, malestar general y dolores por todo el cuerpo (sobre todo en la espalda y el abdomen), y un bazo anormalmente grande. Si la malaria afecta al cerebro, puede haber convulsiones o pérdida de la conciencia. En algunos casos, los riñones también se pueden ver afectados.
¿Cómo se diagnostica la malaria?
Los médicos diagnostican la malaria basándose en los síntomas del paciente, los resultados de sus pruebas y el lugar donde la persona vive o a dónde ha viajado. Los médicos pueden solicitar la extracción de una muestra de sangre para que la analicen con el microscopio en un laboratorio en busca de parásitos de la malaria, que se pueden ver dentro de los glóbulos rojos infectados.
En los países en los que esta enfermedad es muy frecuente, si un paciente tiene fiebre sin una causa evidente, los médicos tratan a una persona sin hacer un análisis de laboratorio.
¿Cómo se trata la malaria?
La malaria se trata con medicamentos antipalúdicos que se pueden administrar por vía oral, inyectable o intravenosa (IV). Dependiendo del parásito que esté causando la malaria y la gravedad de la afección, es posible tratar a las personas en el hogar durante unos cuantos días o en un hospital, donde se los puede controlar más de cerca y administrarles medicamentos intravenosos.
Los médicos también estarán pendientes de los signos de deshidratación, convulsiones, anemia y otras complicaciones que puedan afectar al cerebro, los riñones o el bazo. Es posible que el paciente necesite recibir líquidos, transfusiones de sangre o ayuda respiratoria.
Si la malaria se diagnostica al principio de la enfermedad y se trata, se suele poder curar en un plazo de unas dos semanas. Pero quienes viven en zonas donde la malaria es muy frecuente, se infectan reiteradamente y nunca se llegan a recuperar entre episodios consecutivos de esta enfermedad. Sin tratamiento, esta enfermedad puede ser mortal, sobre todo en niños desnutridos.
¿Se puede prevenir la malaria?
Las autoridades sanitarias intentan prevenir la malaria mediante programas de control de plagas dirigidos a eliminar los mosquitos que transmiten esta enfermedad. Si viajará a una zona con riesgo elevado de malaria, puede hacer lo siguiente:
- Instalar mosquiteros.
- Usar repelentes contra insectos.
- Colocar mosquiteros sobre las camas. Los mosquiteros impregnados de insecticida han reducido enormemente la cantidad de muertes por malaria entre los niños africanos.
- Cubrirse la piel con mangas largas y pantalones largos.
- Permanecer en interiores cuando los mosquitos están más activos (esto suele ocurrir al amanecer y al atardecer).
Antes de viajar con su familia a cualquier zona tropical o subtropical donde haya un riesgo elevado de contraer malaria, consulte con su médico. El médico puede darle a su familia fármacos contra la malaria para prevenir la enfermedad. Estos medicamentos se toman antes de viajar, durante el viaje y al regresar. Se están desarrollando y probando varias vacunas contra la malaria en todo el mundo. Pero como el parásito que causa la malaria tiene un ciclo de vida complicado, es difícil desarrollar una vacuna.