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Hepatitis

¿Qué es la hepatitis?

La hepatitis es una inflamación del hígado. El hígado, ubicado en la parte derecha del abdomen, es un órgano importante que ayuda a descomponer los alimentos y los medicamentos, almacena la energía y purifica la sangre eliminando los productos de desecho.

Las causa más frecuente de hepatitis es una infección viral. Los tres virus más frecuentes son el virus de la hepatitis A, el de la hepatitis B y el de la hepatitis C. (Los virus de la hepatitis D y E son muy poco frecuentes en EE.UU.). Otros virus capaces de causar hepatitis incluyen el Epstein-Barr (el virus que causa mononucleosis), el citomegalovirus y los adenovirus.

La hepatitis que no es provocada por un virus puede deberse a una infección bacteriana, un ataque del propio sistema inmunitario al hígado (recibe el nombre de hepatitis autoinmune) o a otras causas, como el consumo de alcohol o algunos tipos de medicamentos.

¿Cuáles son los signos y los síntomas de la hepatitis?

La hepatitis puede presentarse de manera diferente en distintas personas. Algunas personas no tienen ningún síntoma. Otras tienen síntomas leves que desaparecen rápidamente. Y algunas personas pueden desarrollar síntomas graves capaces de causar insuficiencia hepática.

La hepatitis aguda es una enfermedad de corto plazo. Los síntomas comienzan repentinamente y suelen desaparecer en un lapso de seis meses. Entre estos síntomas, se encuentran los siguientes:

  • ictericia (cuando la piel y el blanco de los ojos adquieren una tonalidad amarillenta)
  • orina más oscura de lo normal o heces de color grisáceo
  • fiebre
  • náuseas, vómitos y falta de apetito
  • dolor de vientre (en el lado derecho superior del abdomen)
  • dolor en las articulaciones

La hepatitis crónica es una enfermedad de largo plazo que dura más de 6 meses. Una enfermedad aguda puede transformarse en crónica si no desaparece. Con frecuencia, los niños con hepatitis crónica no tienen síntomas, aunque algunos de ellos pueden estar muy cansados o tener un leve dolor abdominal. Una enfermedad crónica que deriva en insuficiencia hepática puede causar ictericia, picazón por todo el cuerpo, hinchazón en el abdomen (el vientre) y las piernas, hemorragias o moretones excesivos y otros problemas.

¿Cómo se diagnostica la hepatitis?

Para detectar la hepatitis, los médicos realizan un análisis de sangre llamado hepatograma (función hepática) para ver cómo está funcionando el hígado. Si el análisis muestra signos de inflamación en el hígado, es posible que se hagan más análisis de sangre para determinar la causa (por ejemplo, para comprobar la presencia de anticuerpos a virus específicos). Los signos de inflamación del hígado son frecuentes en los casos de enfermedad viral leve; por eso, los médicos tal vez controlen la función hepática de una persona con nuevos análisis de sangre hasta que la inflamación ceda.

A veces, los médicos piden pruebas de diagnóstico por imágenes, como una ecografía de abdomen. Es posible que también hagan una biopsia del hígado; para esto, usarán una aguja y tomarán una pequeña muestra de tejido del hígado que luego observarán con un microscopio. 

¿Cómo se trata la hepatitis?

El tratamiento depende de la causa de la hepatitis. La mayoría de las personas con hepatitis viral no necesitan tratamiento específico, ya que la enfermedad suele desaparecer por sí sola. En algunos casos, los médicos recetan medicamentos antivirales.

Para las personas que sufren hepatitis debido a un medicamento o a otro elemento del ambiente, el tratamiento será dejar de tomar el medicamento o evitar la sustancia que causó la hepatitis. La hepatitis autoinmune se puede tratar con medicamentos que suprimen el sistema inmunitario.

Si una persona desarrolla insuficiencia hepática, es posible que necesite un trasplante de hígado.

¿Se puede prevenir la hepatitis?

Las vacunas ofrecen protección contra dos virus comunes: la vacuna de la hepatitis A y la vacuna de la hepatitis B.

Las siguientes medidas también pueden ayudar a prevenir la hepatitis:

  • Lavarse las manos a conciencia y con frecuencia, especialmente después de ir al baño (o de cambiar un pañal) y antes de comer o de preparar la comida.
  • Conservar los medicamentos y el alcohol bajo llave y lejos del alcance de los niños. Siga siempre las instrucciones sobre las dosis recomendadas de medicamentos.

Obtenga más información sobre la hepatitis

Hepatitis A

La hepatitis A es contagiosa y suele transmitirse a través de los alimentos, de las bebidas o de objetos contaminados con heces que contienen el virus de la hepatitis A. La vacuna de la hepatitis A ha reducido la frecuencia de la infección en los Estados Unidos y otros países desarrollados.

Este virus puede causar síntomas graves, pero a diferencia de otros virus de la hepatitis, casi nunca causa daño hepático a largo plazo. Las personas que se recuperan de la hepatitis A son inmunes al virus y no volverán a contagiarse.

Si desea obtener más información, lea sobre la hepatitis A.

Hepatitis B

La hepatitis B es una infección más grave. Puede evolucionar a cirrosis (formación de cicatrices permanentes) en el hígado, insuficiencia hepática o cáncer de hígado, que pueden causar síntomas graves y hasta la muerte.

El virus de la hepatitis B (VHB) se contagia de una persona a otra a través de la sangre y otros fluidos corporales. En EE. UU., esta enfermedad se suele contagiar al mantener relaciones sexuales sin protección con personas que la padecen o al compartir agujas no esterilizadas para inyectarse drogas. También la puede trasmitir una madre infectada a su hijo durante el embarazo.

Si desea obtener más información, lea sobre la hepatitis B.

Hepatitis C

El virus de la hepatitis C (VHC) se contagia de una persona otra a través de la sangre y otros fluidos corporales y puede evolucionar a cirrosis o a cáncer de hígado. La forma más frecuente de contagio es el uso compartido de instrumental relacionado con el consumo de drogas, como las agujas y las pajillas. La gente también puede contraer hepatitis C al mantener relaciones sexuales sin protección con personas infectadas. También la puede trasmitir una madre infectada a su hijo durante el embarazo.

La hepatitis C es el tipo más grave de hepatitis. En la actualidad, es una de las causas más frecuentes de trasplante de hígado en adultos. Durante décadas, los científicos han estado intentando desarrollar una vacuna contra la hepatitis C, pero hasta el momento no han tenido éxito. Afortunadamente, ahora disponemos de medicamentos para tratar la hepatitis C y para curarla en la mayoría de los casos.

Si desea obtener más información, lea sobre la hepatitis C.