Cómo tratar la fiebre
Los padres se pueden preocupar cuando a un niño le sube la temperatura, pero la fiebre, en sí misma, no causa ningún daño y, de hecho, puede ser algo positivo. A menudo, es la forma que tiene el cuerpo de luchar contra las infecciones.
¿Cuáles son los signos y síntomas de la fiebre?
Un niño que tiene fiebre puede:
- estar inquieto y/o irritable
- sentirse molesto
- estar caliente al tacto
- estar sonrojado
- estar sudoroso
¿Qué debo hacer si mi hijo tiene fiebre?
Lo mejor es hacer que el niño se quede en casa y no vaya a la guardería o al colegio hasta que su temperatura sea normal durante por lo menos 24 horas. Si su hijo se encuentra mal debido a la fiebre, aquí tiene algunas formas de aliviarle los síntomas:
- Ofrézcale abundantes líquidos para evitar la deshidratación.
- Dele paracetamol o ibuprofeno siguiendo las indicaciones de su médico. No le dé aspirina.
- No use nunca alcohol para uso externo ni baños fríos para bajarle la fiebre.
- Vista a su hijo con ropa ligera y cúbralo con una sábana o una manta ligera.
- Deje que su hijo coma lo que quiera y no le obligue a comer si no tiene apetito.
- Si su hijo también está vomitando y/o tiene diarrea, pregunte al médico si le debería dar una solución de rehidratación oral (también conocida como solución oral de electrolitos o solución electrolítica de mantenimiento).
- Asegúrese de que su hijo descanse mucho.
Haga que su hijo reciba cuidados médicos si:
- se trata de un bebé de menos de 3 meses de edad y tiene una temperatura de 100,4 °F (38 °C) o superior
- un niño mayor tiene fiebre y:
- parece estar enfermo
- desarrolla una erupción en la piel
- tiene diarrea persistente y/o vómitos repetidos
- presenta signos de deshidratación (orina menos que de costumbre, no tiene lágrimas al llorar, está menos alerta y menos activo de lo habitual)
- tiene fiebre durante 5 días seguidos o más
- tiene un problema de salud crónico, como una enfermedad de células falciformes, problemas cardíacos, cáncer o lupus
¿Se puede prevenir la fiebre?
La fiebre es algo inevitable. La clave está en hacer que su hijo esté lo más cómodo posible hasta que le remita la fiebre y en que reciba tratamiento médico cuando lo necesite.