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Hernias epigástricas

¿Qué es una hernia epigástrica?

Una hernia epigástrica es un pequeño trozo de grasa del interior del abdomen que presiona a través de los músculos abdominales que hay entre el ombligo y el pecho. 

Muchas de ellas son de tamaño reducido, no causan síntomas y no requieren tratamiento. Las hernias de mayor tamaño y que causan síntomas no se curan por sí solas, pero se pueden corregir operándolas. 

¿Cuáles son las causas de las hernias epigástricas?

Una hernia epigástrica ocurre cuando un pequeño trozo de grasa sobresale a través de la pared muscular que se supone que debería mantenerlo en su sitio. Las hernias epigástricas aparecen cerca del centro del abdomen (vientre), entre la base del esternón (el hueso que hay en el centro del pecho) y el ombligo. Esta zona se conoce como epigastrio.

Las hernias epigástricas ocurren debido a problemas en el lugar donde los músculos abdominales de ambos lados se unen entre sí. Esto permite que el tejido graso empuje a través de los músculos, causando un pequeño bulto que puede doler a veces, o bien no causar ningún síntoma en absoluto.

Los bebés pueden nacer con este problema o desarrollarlo más adelante. La mayoría de las hernias epigástricas se dan en las personas de sexo masculino. 

¿Cuáles son sus signos y los síntomas de las hernias epigástricas?

Las hernias epigástricas no suelen causar síntomas. Cuando los causan, un niño puede tener:

  • un pequeño bultito o hinchazón más arriba del ombligo 
  • molestias o dolor

¿Cómo se diagnostican las hernias epigástricas?

Los médicos pueden diagnosticar una hernia epigástrica haciendo una exploración que permita detectar un bultito y preguntando por los síntomas que presenta el paciente, como el dolor. 

¿Cómo se tratan las hernias epigástricas?

Las hernias epigástricas no suelen desaparecer sin tratamiento, pero pueden hacerse menos perceptibles a medida que el niño crece. Por lo tanto, los médicos las pueden reparar operándolas si están causando síntomas. 

Para operarlas, los médicos:

  • Administrarán anestesia al niño para que se quede dormido a lo largo de todo el procedimiento y no sienta ningún dolor. 
  • Harán una pequeña incisión (corte) en la piel. 
  • Extraerán el tejido graso que sobresale a través de la hernia o lo empujarán hacia el interior del abdomen. 
  • Cerrarán el orifico o el punto débil en el músculo usando puntos. 
  • Cerrarán la herida con puntos de sutura absorbibles bajo la piel y tiras adhesivas sobre la misma. Las tiras adhesivas se desprenderán por sí solas al cabo de 1–2 semanas. 

¿Qué ocurre después de la operación? 

La mayoría de los niños vuelven a casa pocas horas después de que los operen. Cosas a tener en cuenta:

  • Su hijo se deberá dar baños de esponja durante la próxima semana en vez de ducharse o bañarse. 
  • Es posible que a su hijo se le hinche y se le amorate el área próxima a la herida. Aplique compresas frías (una toallita sumergida en agua fría, un paquete de frío o una bolsa de hielo) sobre el área operada para reducir la inflamación. Envuélvala en una toalla para proteger la piel. 
  • Los niños pueden comer con normalidad y volver a practicar sus actividades habituales en cuanto se sientan capaces de llevarlas a cabo, generalmente al cabo de unos pocos días.  Deberán evitar la gimnasia y el deporte durante unas pocas semanas. 
  • Algunos niños tienen estreñimiento (dificultades para ir de vientre) después de la operación. Si ese fuera de caso su hijo, ofrézcale abundantes líquidos, como agua o jugo de ciruela, de pera o de manzana. Sírvale verduras y frutas ricas en fibra, como peras, fresas y boniatos. Evite el queso, el plátano y el arroz blanco. 
  • Su hijo no debería hacer deporte, trepar ni cargar pesos superiores a las 10 libras (en torno a 4,5 kg) hasta que el cirujano le dé el visto bueno. 
  • Dé a su hijo los medicamentos para el dolor de venta con o sin receta médica tal y como se lo haya indicado su médico. 

¿Cuándo debería llamar al médico?

Llame al médico de su hijo si lo han operado y:

  • tiene fiebre de 101,5 °F (38,6 °C) o superior durante más de 24 horas
  • la zona de la cicatriz se le pone roja y el enrojecimiento se le va extendiendo 
  • la zona operada le sangra, se le hincha y/o le supura 
  • la zona operada le duele mucho y durante mucho tiempo seguido
  • su hijo no puede orinar 8–12 horas después de operarse
  • vomita
  • hay otras cosas que le preocupan

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