A-Z: Glioma del nervio óptico
También recibe el nombre de: Glioma óptico; Glioma de la vía óptica; Astrocitoma pilocítico juvenil
Un glioma del nervio óptico es un tipo de tumor cerebral que se forma en el nervio óptico o alrededor de este. El nervio óptico conecta al ojo con el cerebro.
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El cerebro y el sistema nervioso central están formados por células nerviosas y células gliales. Las células gliales ofrecen soporte y protección a las células nerviosas. Cuando una célula glial tiene un defecto y crece de manera descontrolada, se forma un tumor que recibe el nombre de "glioma".
Los gliomas del nervio óptico se forman en el recorrido del nervio óptico, que es el encargado de enviar al cerebro las señales de lo que ve el ojo. Los gliomas del nervio óptico afectan principalmente a los niños menores de 10 años y a los que tienen neurofibromatosis tipo 1, que es una afección genética que causa el crecimiento de tumores en los tejidos nerviosos. El síntoma más habitual es la pérdida progresiva de la vista debido a la presión que ejerce el tumor sobre el nervio óptico. Los tumores de crecimiento lento pueden ser difíciles de detectar al principio, sobre todo en los niños más pequeños, que no son capaces de describir qué es lo que están viendo.
Tal vez los niños también comiencen a ladear la cabeza o experimentar aparentes retrasos evolutivos, como torpeza al caminar, problemas de habla o cambios de conducta. Además, es posible que aparezca una afección llamada "nistagmo" (cuando los globos oculares parecen moverse rápidamente de forma involuntaria). A veces, puede haber problemas de crecimiento si el tumor está haciendo presión sobre la hipófisis.
Los médicos diagnostican los gliomas del nervio óptico con pruebas de diagnóstico por la imagen, como resonancias magnéticas o tomografías computadas, así como con un examen de la vista. Los niños que tienen estos tumores son seguidos de cerca para ver si el tumor empeora o mejora por sí solo. El tratamiento suele incluir quimioterapia y es posible usar también radiación. En este tipo de tumor no se suele recurrir a una cirugía.
Tenga en cuenta lo siguiente
Si bien los gliomas del nervio óptico son tumores graves, suelen ser de crecimiento lento, tienen una tasa de curación elevada y casi nunca causan ceguera. La mayoría de los niños tienen buen pronóstico cuando reciben tratamiento y se previene una mayor pérdida de la vista.
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