A-Z: Hipertensión intracraneal
También recibe el nombre de: Hipertensión intracraneal idiopática; Hipertensión intracraneal benigna; Seudotumor cerebral; STC; Hipertensión intracraneal primaria; Hipertensión intracraneal secundaria
La hipertensión intracraneal es un trastorno en el que la presión del líquido que rodea al cerebro es demasiado elevada.
Más información
El cerebro (encéfalo) y la médula espinal están rodeados por el líquido cefalorraquídeo, que los protege y amortigua. Cuando hay hipertensión intracraneal, algo hace que la presión del líquido cefalorraquídeo aumente. Puede tratarse del efecto secundario de ciertos medicamentos o enfermedades, pero en la mayoría de los casos, no existe una causa clara. Los médicos no están seguros de cuál es el motivo que aumenta la presión, pero es posible que esté relacionado con los problemas en la forma en que el líquido cefalorraquídeo fluye hacia el exterior del cerebro y es absorbido en el torrente sanguíneo.
La presión elevada causa dolores de cabeza extremadamente intensos, náuseas, vómitos y zumbidos en los oídos que van al ritmo de los latidos del corazón. La presión también puede causar una inflamación de los nervios ópticos, que transmiten señales visuales desde los ojos al cerebro. Esto puede causar problemas como visión borrosa o doble y, en algunos casos, puede provocar ceguera permanente.
La hipertensión intracraneal puede afectar a personas de cualquier edad y sexo, pero es más frecuente en las mujeres obesas en edad de procrear. Se diagnostica midiendo la presión del líquido cefalorraquídeo durante una punción lumbar.
El tratamiento suele incluir medicamentos que reducen la presión haciendo más lenta la producción de líquido cefalorraquídeo. En casos excepcionales, es posible realizar una cirugía para aliviar la inflamación de los nervios ópticos o para ayudar a drenar el exceso de líquido cefalorraquídeo.
Tenga en cuenta lo siguiente
La hipertensión intracraneal es una emergencia médica porque puede causar ceguera. El tratamiento suele ser eficaz y la mayoría de las personas no experimentan cambios en la vista o solo experimentan cambios mínimos. Después del tratamiento, puede volver a aparecer, pero mantener un peso saludable podría ayudar a prevenir la recurrencia.
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