A-Z: Virus de Coxsackie
Los virus de Coxsackie forman parte de una familia de virus que viven en el aparato digestivo de los seres humanos. Se contagian fácilmente de persona a persona, ya sea por no lavarse las manos, a través de superficies contaminadas con heces o cuando una persona contagiada estornuda o tose.
Más información
El riesgo de la infección con el virus de Coxsackie es mayor entre los bebés y los niños menores de 5 años. Es sumamente contagioso en ámbitos como escuelas, guarderías y campamentos. En Estados Unidos, los brotes de estas infecciones suelen ocurrir principalmente en el verano y el otoño.
Los virus de Coxsackie pueden producir una gran variedad de síntomas, entre los que se encuentran la fiebre, los dolores de cabeza, los dolores musculares, el dolor de garganta, las erupciones en la piel, las molestias abdominales y las náuseas. También son responsables de afecciones como la enfermedad de mano, pie y boca; la herpangina (un tipo de infección de la garganta) y la conjuntivitis hemorrágica (un tipo de infección de los ojos).
En la mayoría de los casos, las infecciones por el virus de Coxsackie son leves y desaparecen sin necesidad de tratamiento. A veces, sin embargo, el virus de Coxsackie puede causar infecciones de cerebro y de corazón que ponen en riesgo la vida y deben ser tratadas en el hospital.
No existe una vacuna para prevenir las infecciones por el virus de Coxsackie. Lavarse las manos es la mejor protección.
Tenga en cuenta lo siguiente
Si bien algunas infecciones por el virus de Coxsackie pueden ser graves, la mayoría desaparecen en una semana con reposo y líquidos abundantes.
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