Hoja informativa sobre el síndrome de Gilles de la Tourette (para las escuelas)
Qué deben saber los educadores
El síndrome de Gilles de la Tourette (que también recibe el nombre de síndrome de la Tourette o síndrome de Tourette), es una afección de origen genético que causa movimientos musculares no deseados, repentinos y repetitivos, y sonidos, ambos conocidos como tics. Los expertos no conocen la causa exacta de este síndrome, pero se cree que puede deberse a problemas en cómo las células nerviosas se comunican entre sí.
Los principales síntomas del síndrome de Gilles de la Tourette son:
- tics motores. Se trata de movimientos repentinos e incontrolables, como parpadear, hacer muecas, mover la cabeza o encogerse de hombros. Entre los tics motores complejos, se incluye dar saltitos, tocar a otras personas o, muy raramente, pegarse o morderse a uno mismo.
- tics vocales, como carraspear, hacer ruido con la nariz o tararear. Los tics vocales complejos pueden incluir repetir las palabras que dicen otras personas (llamado "ecolalia") o decir palabrotas de forma involuntaria (lo recibe el nombre de "coprolalia").
En determinados momentos, como las situaciones estresantes, los tics se agravan o se vuelven más frecuentes o duran más tiempo. El síndrome de Gilles de la Tourette se suele manifestar por primera vez en la infancia o la adolescencia. Aunque este síndrome no se puede curar, los médicos pueden recetar medicamentos para ayudar a controlar los síntomas que interfieran en el rendimiento escolar y la vida cotidiana.
Es frecuente que las personas con síndrome de Gilles de la Tourette también tengan otras afecciones, como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), ansiedad, trastornos de aprendizaje o problemas de sueño.
¿Cuáles son los retos para los alumnos con síndrome de Gilles de la Tourette?
Los alumnos con síndrome de Gilles de la Tourette pueden:
- decir o hacer cosas inapropiadas
- tener dificultades para concentrarse en clase porque están centrados en controlar sus tics
- necesitar hacer pausas en la instrucción para aliviar sus síntomas o usar técnicas de relajación para ayudar a reducir la frecuencia o la intensidad de los tics
- faltar a clase o no querer ir a clase porque se avergüenzan de sus tics
El síndrome de Tourette es una afección neurológica (cerebral), no de la salud mental. Pero puede causar angustia emocional en los alumnos, lo que puede empeorar sus tics.
¿Qué pueden hacer los educadores?
Los alumnos con síndrome de Tourette tienen un riesgo más alto de recibir acoso escolar o bullying. Los terapeutas, los orientadores escolares y los médicos pueden ayudar a los educadores a explicar los tics a los demás.
Siempre que sea posible, ignore los tics y busque formas de reducir el estrés en sus clases. Mantener el aula tranquila y hacer actividades focalizadas puede ayudar a los alumnos a tener menos tics. Tenga una consideración especial con estos alumnos en lo que respecta a la instrucción, las tareas escolares y los exámenes, sobre todo si se tienen que perder tiempo de clase debido a sus visitas médicas y de terapia.
Los alumnos con síndrome de Gilles de la Tourette pueden participar en los deportes escolares, la gimnasia y las actividades extraescolares. Animarlos a participar es una forma estupenda de que estos alumnos centren su energía mental y física en mejorar su socialización y sus interacciones con sus compañeros de clase.