Educar a un lector de verano
Cuando llegue el verano y la agenda de su hijo pase a estar ocupada por ir a la piscina, jugar en el parque, montar en bici y visitar a la familia, puede resultar difícil encontrar un momento para que lea.
Pero las habilidades lectoras de su hijo se deberían seguir desarrollando aunque esté de vacaciones. Aquí encontrará algunas maneras de hacer que la lectura sea una parte natural de la diversión del verano:
- Explore su biblioteca. Visite la biblioteca local para pedir prestados libros y revistas que su hijo no haya visto antes. Muchas bibliotecas disponen de programas de lectura para el verano, clubes de lectura y concursos de lectura, incluso para los lectores más pequeños. A menudo, ofrecen recompensas, como un libro gratis, cuando los niños completan sus listas de lectura para el verano. Los niños pequeños disfrutarán pidiendo libros prestados con su propio carné de biblioteca.
- Lea mientras viajen. ¿Tienen un largo viaje en coche, autocar, tren o avión por delante? Asegúrese de llevar los libros favoritos de su hijo. Si usted no es quien conduce, puede leer libros en voz alta. Consiga algunos audio-libros (muchas bibliotecas cuentan con amplios surtidos) y escúchenlos mientras viajan.
- Fabriquen sus propios libros. Elija una de las partes favoritas del verano de toda la familia, sea pasando el rato con los amigos, tomando un helado, saliendo de viaje, yendo de campamento, jugando al fútbol o nadando en la piscina, y dígale a su hijo que dibuje o recorte imágenes de revistas relacionadas con ese tema. Peguen las imágenes en hojas de papel para crear un libro, y anime a su hijo a escribir un texto en cada página. Si su hijo es pequeño, él le puede dictar la historia para que usted la vaya escribiendo (usando las palabras de su hijo). Cuando lo hayan terminado, lean el libro juntos.
- Manténganse en contacto. No hace falta que los niños viajen para escribir sobre sus vacaciones de verano. Aunque su familia se quede en casa, puede animar a su hijo a enviar postales, cartas o correos electrónicos a amigos y familiares. Pídale a un pariente que sea el amigo por correspondencia de su hijo y fomente un intercambio semanal de cartas, postales o correos electrónicos.
- Sigan con sus rituales de lectura. Incluso aunque todo lo demás cambie durante el verano, mantenga las rutinas de lectura que ya se habían establecido en su casa. Lea con sus hijos cada día, sea justo antes de la hora de acostarse por la noche o a la sombra de un árbol en una tarde relajada. ¡Y no se olvide de convertir la lectura en un momento divertido, tanto para usted como para su hijo!