Las vacunas de su hijo: Vacunas antineumocócicas
Las vacunas antineumocócicas conjugadas (conocidas como PCV15 y PCV20) y la vacuna antineumocócica polisacárida (conocida como PPSV23) protegen contra las infecciones por neumococo, que es un tipo de bacteria.
Las bacterias que causan estas infecciones se contagian a través del contacto entre personas. Pueden conducir a infecciones graves, como la neumonía (o pulmonía), las infecciones de la sangre y la meningitis bacteriana.
Estas vacunas protegen contra distintos tipos de bacterias neumocócicas que causan las infecciones neumocócicas más frecuentes y graves en niños y adultos. El número que aparece al final del nombre de cada vacuna indica contra cuántos tipos de neumococos protege: La PCV15 protege contra 15 tipos, la PCV20 contra 20 tipos y la PPSV23 contra 23 tipos.
¿Cuándo se deben poner las vacunas antineumocócicas PVC y PSSV?
Los bebés reciben la vacuna PCV en una serie de cuatro inyecciones:
- la primera a los dos meses de edad
- y luego a los cuatro, seis y 12-15 meses de edad.
Los niños mayores y los adolescentes pueden necesitar una o más inyecciones de la vacuna PCV o PPSV23 si no recibieron las inyecciones recomendadas cuando eran más pequeños, o si padecen ciertas enfermedades crónicas o una afección que les debilita el sistema inmunitario. El número de dosis y el tipo de vacunas que reciban dependerán de su edad, su estado de salud y el tipo de vacunas que les hayan puesto antes.
¿Por qué son recomendables las vacunas antineumocócicas?
Los niños que todavía no hayan cumplido los dos años, los adultos que superen los 65 años de edad y las personas afectadas por algunas afecciones médicas corren un mayor riesgo de desarrollar infecciones neumocócicas graves. Estas vacunas son muy eficaces para prevenir las enfermedades graves, la hospitalización e, incluso, la muerte.
¿Cuáles son los posibles efectos secundarios de estas vacunas?
Los niños pueden presentar sensibilidad, enrojecimiento o inflamación en la zona del pinchazo. Un niño también puede tener fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares o cansancio después de ponerse alguna de estas vacunas. Los niños pequeños que reciben la PCV y la vacuna antigripal al mismo tiempo tienen un riesgo reducido de sufrir convulsiones febriles. Como con cualquier vacuna, existe un leve riesgo de desmayo y una probabilidad muy reducida de reacción alérgica.
Las vacunas antineumocócicas solo contienen un pequeño trozo del germen y, por lo tanto, no pueden causar enfermedades por neumococos.
Cuándo posponer o evitar las vacunas antineumocócicas
Un simple resfriado u otras enfermedades de poca importancia no deberían impedir que un niño se vacune, pero es posible que el médico de su hijo prefiera reprogramar la vacunación si su hijo tiene una enfermedad de mayor gravedad.
Hable con el médico de su hijo sobre si es una buena idea vacunar a su hijo si ha tenido alguna vez una reacción alérgica grave, o cualquier reacción alérgica, después de ponerse una dosis de una vacuna antineumocócica, o después de vacunarse contra la difteria (como ponerse la vacuna DTaP).
Cuide de su hijo después de vacunarlo
Consulte al médico de su hijo para saber si le puede dar paracetamol o ibuprofeno para tratarle el dolor y la fiebre, y averigüe cuál es la dosis correcta.
Un paño húmedo y caliente o una esterilla eléctrica sobre el lugar del pinchazo también puede ayudar a reducir las molestias musculares, así como mover o usar el brazo o la pierna donde su hijo se haya pinchado.
¿Cuándo debería llamar al médico?
Llame al médico si:
- Duda sobre si debería o no posponer o evitar la vacuna.
- Aparecen problemas tras la vacunación.
Cómo ayudan las vacunas
Cada año, las vacunas mantienen sanas a millones de personas preparando al cuerpo para combatir enfermedades. Sepa de qué manera ayudan las vacunas y obtenga respuestas a sus preguntas.