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El insomnio en los adolescentes: Qué deben saber los padres

Muchos adolescentes tienen problemas para dormir por la noche, y eso puede hacer que se sientan cansados durante el día. También puede hacerlos más propensos a estar de mal humor, a tener problemas en la escuela o a costarles mucho esfuerzo hacer actividades. 

Con el tiempo, la falta de sueño puede derivar en otros problemas de salud, como la hipertensión, la depresión o problemas para combatir infecciones. Por eso es importante tratar el insomnio para mantener una buena salud.

¿Qué es el insomnio?

El insomnio ocurre cuando una persona es incapaz de dormir por algún motivo. Los adolescentes pueden tener dificultades para:

  • conciliar el sueño: esto significa que tardan más de media hora en dormirse después de meterse en la cama.
  • permanecer dormido: esto significa que se despiertan con frecuencia a lo largo de la noche, o que se despiertan demasiado temprano por la mañana y no pueden volverse a dormir.

Los adolescentes con insomnio pueden tener uno o ambos tipos de problemas. Independientemente del número de horas que pasen en la cama por la noche, la mayoría de los adolescentes con insomnio no se sentirán descansados. 

¿Cuáles son las causas del insomnio?

Los médicos no siempre pueden identificar por qué una persona tiene problemas para dormir, pero entre las causas más comunes en los adolescentes se incluyen las siguientes:

  • trastornos mentales como la depresión o la ansiedad
  • problemas médicos como el asma, las alergias o el eccema
  • otros trastornos del sueño como la apnea obstructiva del sueño o el síndrome de las piernas inquietas. 
  • trastornos del desarrollo como el TDAH o el trastorno del espectro autista (autismo)
  • la toma de determinados medicamentos, como los esteroides o los antidepresivos
  • demasiado tiempo de pantalla antes de acostarse
  • tomar demasiada cafeína durante el día o por la noche

Una de las razones más frecuentes del insomnio en los adolescentes es que su reloj interno del sueño cambia la hora de acostarse a más tarde. Durante la adolescencia, el cuerpo libera la hormona del sueño: la melatonina más tarde por la noche que en la infancia o la edad adulta. Esto desemboca en la tendencia natural a dormirse más tarde por la noche y a despertarse más tarde por la mañana. Cuando interfiere en las actividades cotidianas, esto se conoce como trastorno de la fase del sueño retrasada.

¿Cómo se diagnostica el insomnio?

Hay muchas afecciones diferentes que pueden causar insomnio, por lo que no existe una prueba medica aislada que permita diagnosticarlo. Los médicos empezarán haciendo preguntas sobre los hábitos de sueño del adolescente y también le puede recomendar que lleve un diario del sueño para registrar su sueño nocturno. También pueden hacerle pruebas para detectar afecciones relacionadas con el sueño a fin de saber qué le podría estar causando el insomnio.

A veces, los médicos recomiendan hacer un estudio del sueño, también conocido como polisomnograma. En un estudio del sueño, una persona pasa la noche en un laboratorio del sueño conectada a una computadora mediante sensores colocados en el cuerpo. Los médicos utilizan los estudios del sueño para comprobar diversos aspectos durante el sueño, como la frecuencia cardíaca, las ondas cerebrales y los patrones respiratorios.

¿Cómo se trata el insomnio?

El tratamiento del insomnio depende de su causa. Por ejemplo, cuando afecciones como el asma, las alergias, la apnea obstructiva del sueño y el TDAH están causando el insomnio, tratar la afección subyacente ayudará a tratar el insomnio.  Si la ansiedad o la depresión afectan al sueño de un adolescente, los médicos le pueden recomendar hablar con un terapeuta o psiquiatra.

Una de las terapias más eficaces para el insomnio es la terapia cognitivo-conductual (TCC), que puede ayudar incluso cuando los médicos no están seguros de cuál es la causa del insomnio. La TCC consiste en aprender a cambiar los pensamientos y emociones negativos que pueden afectar al sueño. A menudo, todo lo que se necesita son cambios en el estilo de vida y unos nuevos hábitos relacionados con el sueño. 

Los somníferos se utilizan poco en los adolescentes. Todavía no se han hecho suficientes estudios para demostrar que sean seguros ni eficaces, y existe el riesgo de los efectos secundarios. Hasta los suplementos elaborados con plantas o los medicamentos "naturales" pueden tener efectos secundarios. Ocasionalmente, los médicos pueden recomendar que sus pacientes adolescentes prueben un medicamento para dormir durante un breve periodo de tiempo (por ejemplo, una dosis baja de melatonina). Hable con el médico de su hijo adolescente antes de darle algún medicamento o suplemento nuevo. 

¿Qué puede ayudar a mi hijo a dormir mejor?

La higiene del sueño se refiere a todos los comportamientos y hábitos relacionados con el sueño. Unas buenas estrategias de higiene del sueño pueden ayudar a su hijo adolescente a dormir lo suficiente. 

Entre las maneras de mejorar la higiene del sueño se incluyen las siguientes:

  • seguir una buena rutina antes de acostarse
  • limitar las luces intensas y los aparatos electrónicos por la noche
  • acostarse y levantarse aproximadamente a la misma hora todos los días
  • mantener el dormitorio fresco, oscuro y tranquilo

Si su hijo adolescente suele tener problemas para dormir o se siente cansado a lo largo del día, programe una visita con su médico.