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Ayudar a su hijo de primaria con los deberes escolares

(Helping Your Gradeschooler With Homework)

Durante la enseñanza primaria, los niños empiezan a tener deberes para reforzar los aprendizajes escolares y ayudarles a poner en práctica técnicas de estudio de suma importancia.

Al hacer los deberes, los niños aprenden a:

  • leer y seguir instrucciones en forma independiente
  • distribuir y organizarse el tiempo (para los trabajos a largo plazo, como los informes sobre libros leídos)
  • presentar bien los trabajos y dar lo máximo de sí mismos

También les ayuda a desarrollar un sentido de responsabilidad, de orgullo por el trabajo bien hecho y una ética del trabajo, lo que les beneficiará más allá de los estudios.

Los padres pueden ayudar mucho a sus hijos en el tema de los deberes, principalmente, estableciendo que los deberes son una prioridad fundamental y ayudándoles a desarrollar buenos hábitos de estudio.

Establecer un área de estudio

La mesa de la cocina o la del comedor son lugares que los niños utilizan de forma habitual para hacer los deberes; es posible su hijo se encuentre más cómodo estando cerca de usted y que usted pueda darle más ánimo y ayuda es posible que. Los niños más mayores prefieran retirarse a sus habitaciones para trabajar, pero compruebe periódicamente que su hijo se centra en los deberes y revíselos cuando termine.

Siempre que un niño haga los deberes, es importante asegurarse de que su lugar de trabajo:

  • está bien iluminado
  • es cómodo
  • está provisto de material escolar (papel, bolígrafos, lápices, calculadora, abrochadora, regla, etc.) y material de consulta (diccionario ortográfico, diccionario de ideas afines)
  • es tranquilo y está alejado de posibles distracciones, como la televisión, los juegos de vídeo, el teléfono y otros miembros de la familia

Si su hijo necesita una computadora para hacer algún trabajo, intente colocar la computadora en un lugar de uso común, en vez de en su dormitorio, para desanimarlo a jugar a videojuegos, a chatear o enviar correos electrónicos a sus amigos o a navegar por Internet para entretenerse durante el tiempo de estudio. Considere también la posibilidad de utilizar controles parentales, disponibles a través de su proveedor del servicio de Internet (ISP, por sus siglas en inglés) y en programas que bloquean y filtran los materiales inapropiados.

Averigüe que páginas de Internet recomiendan los profesores de su hijo y agréguelas a la carpeta de favoritos para que pueda acceder a ellas fácilmente.

El apoyo de los padres

En lo que se refiere a los deberes, esté disponible para apoyar y guiar a su hijo, responder a sus preguntas, ayudarle a interpretar las instrucciones de los trabajos y revisarlos cuando los termine. Pero resístase a la tentación de darle las respuestas correctas a las preguntas que le formulen o de acabarle usted los trabajos.

Céntrese en ayudar a su hijo a desarrollar habilidades de resolución de problemas que necesitará para completar sus tareas escolares y muchas otras, y anímelo cuando se ponga manos a la obra. Si lo hace con su propio esfuerzo, desarrollará la confianza en sí mismo y el amor por el aprendizaje.

He aquí algunos consejos más para que a su hijo le resulte más fáciles los deberes:

  • Establezca una rutina de trabajo. Transmita a su hijo el mensaje de que los trabajos escolares son una prioridad principal y establezca una serie de reglas básicas, como fijar un lugar y un tiempo cada día para hacer los deberes. Y deje claro que no habrá televisión, llamadas de teléfono, juegos de vídeo, etc., hasta que termine los deberes y usted se los revise.
  • Organice estratégicamente las sesiones de deberes. Enseñe a su hijo a que se haga una idea de la cantidad de deberes que tiene y en qué consiste, de modo que pueda crear una estrategia adaptada a su nivel de trabajo y a su temperamento. Algunos niños es posible que prefieran hacer primero los trabajos más difíciles (cuando están más despejados y su nivel de energía mental está más alto) mientras que otros prefieren hacer primero las tareas más fáciles. Si ayuda a sus hijos a enfocar los deberes de este modo cuando son pequeños, les enseñará a hacerlo por sí solos más adelante. Permítales tomarse un descanso cuando lo necesiten y luego guíeles de vuelta al trabajo, con la mente despejada y un nivel de energía recuperado.
  • Inculque habilidades organizativas a su hijo. No hay nadie que nazca con grandes habilidades organizativas, este tipo de habilidades se van aprendiendo y practicando con el paso del tiempo. La mayoría de los niños no empiezan a tener distintos profesores y diferentes aulas hasta que inician la enseñanza secundaria, donde la organización se convierte en algo fundamental para rendir en los estudios. Enseñe a su hijo a utilizar un calendario o planificador personal para ayudarle a organizarse el tiempo.
  • Aplique las cosas del colegio al "mundo real". Hable con su hijo sobre cómo lo que aprende en clase se puede aplicar fuera de ella; por ejemplo, lo importante que es cumplir los plazos de entrega (como hacen los adultos en el trabajo) o cómo los temas que tratan en la clase de historia se relacionan con lo que ocurre en las noticias actuales.

Problemas con los deberes

Especialmente cuando sus hijos se hagan mayores, los deberes se les empezarán a acumular y es posible que les planteen retos difíciles. Las siguientes estrategias pueden ayudarles a los dos:

  • Esté disponible. No necesita estar encima de su hijo a la hora de los deberes, pero esté cerca de él por si le necesitara. Si su hijo parece realmente agotado tras intentar resolver unos problemas de geometría durante varias horas, sugiérale que se tome un descanso, tal vez haciendo varios tiros libres de baloncesto con usted. Es posible que lo único que necesite sea desconectar un rato para tener la mente despejada pero, cuando llegue la hora de retomar los deberes, indíqueselo y pregúntele cómo puede ayudarle.
  • Esté en contacto con sus profesores. Mantenga el contacto con los profesores de su hijo a lo largo de todo el curso escolar para que le informen sobre sus progresos, especialmente si el niño tiene dificultades. No falte a las reuniones de padres y profesores y esté siempre abierto al diálogo. Los profesores le informarán de cómo le va a su hijo en la clase y sobre cómo puede ayudarle a rendir más en los estudios. También puede solicitar que le mantengan informado sobre exámenes, pruebas y proyectos.
  • No se olvide de las técnicas de estudio. Las técnicas de estudios no suelen trabajarse lo suficiente en las clases. Cuando ayude a su hijo a preparase para un exámen, por ejemplo, sugiérale estrategias como utilizar tarjetas nemotécnicas para memorizar datos, tomar apuntes, hacer resúmenes y subrayar lo más importante mientras lee.
  • Anime a su hijo a pedir ayuda. La mayoría de profesores pueden ofrecer una ayuda adicional antes o después de las clases y también le pueden recomendar otros recursos para ayudar a su hijo. Anime a su hijo a pedir ayuda cuando la necesite, pero recuerde que en las escuelas se recompensa a los alumnos por saberse las respuestas correctas, y a nadie le gusta reconocer que no las sabe. Elogie el esfuerzo de su hijo y cuando trabaja duro.

No espere a recibir el reporte de las notas para enterarse que su hijo tiene problemas académicos. Cuánto antes intervenga, antes podrá ayudar a su hijo a retomar el buen camino.

Cuando los niños pasan muy malos ratos con los deberes

Las quejas constantes sobre los deberes o el hecho que le cueste mucho hacerlos pueden indicar un problema.

En algunos casos, los niños solo necesitan aprender y practicar unos buenos hábitos de estudio. Asegúrese de que su hijo entrega los trabajos a tiempo y anímelo a llevar un registro diario de los deberes, que les ayudará, tanto al niño como a usted, a saber exactamente cuáles son los trabajos que tiene pendientes y cuándo debe entregarlos. Si hay un trabajo en concreto que le está creando a su hijo más problemas que de costumbre, envíe una nota a su profesor comentándole esas dificultades.

Pero, cuando un niño se queja constantemente o lo pasa francamente mal al intentar entender o hacer los deberes, es posible que haya cuestiones de mayor alcance, como los problemas de aprendizaje, el TDAH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad) o las dificultades visuales o auditivas, que pueden estar interfiriendo en su progreso académico.

Si revisa los deberes de su hijo y habla con sus profesores, podrá identificar cualquier problema de aprendizaje y abordarlo lo antes posible.

Sentar las bases

La clave para ayudar realmente a un niño con los deberes consiste en saber cuándo intervenir. Asegúrese de que su hijo sabe que usted está disponible en caso de que surja algún problema, pero que es importante que trabaje de forma independiente. Fomente el esfuerzo y la determinación, no solo las buenas notas.

Sea un buen ejemplo, mostrándole su amor por el aprendizaje. Mientras su hijo haga los deberes, usted haga los suyos: leer libros, revistas y periódicos; escribir cartas, listas y correos electrónicos; utilizar sus facultades matemáticas para llevar los gastos o para hacer el balance de cheques. Si le muestra a su hijo que el aprendizaje sigue siendo importante, e incluso divertido, una vez concluidos los estudios, le ayudará a entender que incrementar el aprendizaje es algo de lo que se puede disfrutar durante toda la vida.

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