Hoja informativa sobre cardiopatías congénitas (para las escuelas)
Qué deben saber los educadores
Una cardiopatía congénita es un problema del corazón con el que se nace. Las cardiopatías pueden ser leves o graves. Algunas se detectan al nacer, mientras que otras aparecen más tarde. Algunos niños con cardiopatías congénitas necesitan someterse a una o más operaciones.
Entendiendo cuáles son sus dificultades y apoyándolos en sus necesidades, los educadores pueden ayudar a sus alumnos con cardiopatías a dar lo mejor de sí mismos en la escuela.
Retos para los alumnos con cardiopatías congénitas
La mayoría de los niños y adolescentes con cardiopatías congénitas no requieren ningún tipo de cuidado especial cuando están en la escuela. Pero un alumno con una cardiopatía complicada o que se haya sometido a una operación hace poco podría:
- tener problemas como la respiración rápida o la falta de aliento
- presentar una coloración azulada en la piel
- desmayarse
- cansarse con facilidad o tener que evitar aquellas actividades que requieran mucho esfuerzo
- necesitar llevar encima una botella de agua para mantenerse bien hidratado o permanecer en interiores durante los días calurosos
- necesitar más tiempo para acceder a las aulas y para desplazarse entre ellas
- necesitar ir al baño con frecuencia si está tomando un diurético (medicamento que elimina líquidos del cuerpo en mayor medida de lo habitual)
- necesitar recibir oxígeno
- tener que ir a la enfermería escolar para medicarse
- faltar a clase para visitar al cardiólogo (especialista en el corazón) o a otros profesionales de la salud
- tener retrasos del desarrollo o problemas de aprendizaje
Qué pueden hacer los educadores
- Hable con su alumno y con la familia de este sobre si está bien que otros alumnos sepan que tiene una cardiopatía. Es posible que algunos estudiantes quieran privacidad y no deseen hablar con otras persona sobre que tienen una cardiopatía. Otros pueden ser más abiertos y hasta querer explicar en qué consiste su enfermedad a sus compañeros de clase.
- Comprenda cualquier restricción que tenga su alumno.
- Asegúrese de que tanto la enfermería escolar como todas las personas que trabajen con su hijo sepan qué hacer en caso de que surgiera algún problema médico en la escuela, como tener dificultades para respirar o desmayarse.
- Reciba formación en reanimación cardiopulmonar (RCP) (la mayoría de los estados exigen que los profesores reciban este tipo de formación).
- Si su centro de enseñanza dispone de un desfibrilador externo automático (DEA), sepa dónde está y cómo utilizarlo.
- Apoye que su alumno aprenda con un tutor, si lo cree necesario.
- Los alumnos con cardiopatías pueden perder horas de clase o ausentarse debido a visitas al médico y a internamientos hospitalarios. Para ayudar a su alumno a rendir académicamente, usted puede:
- Darle más tiempo para completar sus tareas escolares.
- Permitirle hacer menos tareas.
- Dejar que recupere las tareas y los exámenes que no haya podido hacer.
- Realizar algunas pruebas o exámenes en casa o en línea si es necesario.
- Asegúrese de que su alumno con una cardiopatía congénita sabe que puede:
- salir de la clase cuando lo necesite, sin tener que pedir permiso antes, para ir al baño o a la enfermería escolar
- llevar encima una botella de agua
- recibir ayuda para transportar cosas y utilizar el ascensor cuando se desplace entre las aulas
- Ayude a su alumno a confiar en sí mismo, reconociendo y valorando sus puntos fuertes: en lectura, el deporte, el teatro, el arte o cualquier otra disciplina que le guste.
- Apóyelo. Si usted cree que puede ser de ayuda, hable con su alumno y su familia sobre las opciones de asesoramiento disponibles en la escuela o en la comunidad. Algunos distritos escolares no requieren el permiso de los padres para que un alumno vea a un orientador en su escuela, mientras que hay otros que sí. Consulte la normativa de su distrito escolar.