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Cómo prevenir las mordeduras de perro

A la mayoría de los niños, no se les ocurre pensar que un tierno perrito les podría hacer daño. Pero, cada año ocurren 4,7 millones de mordeduras de perro en Estados Unidos. De los niños que las reciben, más de la mitad de ellos son menores de 14 años de edad. Las mordeduras de perro son más que inocentes mordisquitos, y algunas necesitan recibir cuidados en un hospital o, incluso, cirugía.

¿Cómo tratar a los perros ajenos?

Todas las razas de perro pueden morder. Solo porque un perro sea pequeño o parezca amigable no significa que sea inofensivo. Hasta el perro más simpático y mejor educado puede intentar morder si lo sorprenden, lo asustan, lo amenazan, está enfadado o está hambriento.

Por mucho que usted crea que conoce a un perro, vigile siempre a su hijo cuando se relacionen con perros ajenos. Para reducir el riesgo de recibir mordeduras, enseñe a su hijo las siguientes normas de seguridad:

  • Preguntar siempre al dueño del perro si se puede acariciar.
  • Dejar que el perro lo vea y lo olfatee antes de acariciarlo.
  • No correr hacia el perro ni correr para alejarse del perro.
  • Si se le acerca un perro, debe mantener la calma, no lo debe mirar directamente a los ojos y debe quedarse quieto o alejarse de él lentamente.
  • Si un perro trata de morderlo, debe poner algo entre él y el perro. Si un perro lo derriba, debe formar una bola, cubrirse la cara y quedarse quieto.

Asegúrese de que su hijo conoce algunos "nuncas" sobre cómo relacionarse con perros:

  • Nunca apretar a un perro demasiado fuerte, tirarlo por los aires, caerse sobre él ni saltar encima de él.
  • Nunca meterse con un perro, tirarle de la cola o de las orejas.
  • No molestar nunca a un perro mientras está comiendo, durmiendo o cuidando de sus cachorros.
  • No quitarle nunca un hueso o un juguete a un perro ni pelear a lo bruto con él.
  • No ofrecer nunca un alimento apetitoso con los dedos. Ponerse el alimento en la palma de la mano (con todos los dedos, pulgar incluido, pegados entre sí).
  • No acorralar nunca a un perro contra una esquina.

¿Qué deben hacer los dueños de los perros?

Antes de adquirir un perro, hable con un profesional (como un veterinario, un criador de confianza o una persona que trabaja en un refugio canino) para saber qué tipos de perro o de raza son los más adecuados para su familia. Hágale preguntas sobre la salud y el temperamento del perro. Un perro con antecedentes de agresiones no es una buena elección para vivir en una familia con niños.

Si su familia tiene un perro, asegúrese de que recibe todas las vacunas y revisiones regulares que necesita. Así mismo, haga que los castren o esterilicen. Considere la posibilidad de llevar a su perro a un centro educativo donde aprenda a obedecer, para asegurarse de que es sociable y obediente y, por lo tanto, que es menos probable que muerda a alguien.

Cuando saque a su perro por lugares públicos, llévelo siempre con cadena (correa) para poder controlar su comportamiento en el caso de que se descontrolara. Supervise atentamente a su hijo cuando esté con el perro y, si su hijo es un bebé o un niño de menos de 4 años, no lo deje nunca a solas con el perro.

¿Y si a mi hijo lo muerde un perro?

Si a su hijo lo muerde un perro, contacte con su médico, sobre todo si el perro no es de su familia. Hay algunas mordeduras de perro que se deben tratar en servicios de urgencias hospitalarias. Algunas mordeduras de perro pueden parecer menores desde fuera, pero pueden ser profundas y afectar al músculo, el hueso y/o los nervios.

Aunque se trata de algo muy poco frecuente, la rabia y otros tipos de infecciones procedentes de los perros, como las infecciones bacterianas, pueden ocurrir y se deben tratar de inmediato. El médico de su hijo le hará saber si su hijo necesita tomar antibióticos para impedir que se le infecte la herida. No todas las heridas provocadas por mordeduras de perro se cierran con puntos de sutura. A veces, el hecho de cerrar una herida aumenta el riesgo de que se infecte.

Para ayudar al médico de su hijo a conocer el riesgo de infección y el tipo de tratamiento que necesita su hijo, trate de tener preparada la siguiente información:

  • el nombre y la residencia del dueño del perro
  • si el perro lleva al día su calendario vacunal
  • si el ataque fue o no provocado. Por ejemplo, un taque provocado incluye acercarse a un perro mientras está comiendo o cuidando de sus crías. Saber que un ataque no ha sido provocado ayuda al médico a saber que el perro podría estar enfermo, lo que podría influir en las opciones terapéuticas.
  • los antecedentes médicos y el estado vacunal de su hijo