Hoja informativa sobre la apraxia del habla (para las escuelas)
Qué deben saber los educadores
Los niños con apraxia del habla tienen problemas para mover correctamente la lengua, los labios y la mandíbula al hablar. Saben lo que quieren decir pero no pueden pronunciar bien los sonidos, las sílabas ni las palabras.
Entendiendo cuáles son sus dificultades y apoyándolos en sus necesidades, los educadores pueden ayudar a sus alumnos con apraxia del habla a dar lo mejor de sí mismos en la escuela.
Retos para los alumnos con apraxia del habla
Los alumnos con apraxia del habla pueden tener problemas:
- al formar las palabras que quieren decir
- al usar el tono y el ritmo adecuados al hablar
- al leer, escribir y en la ortografía
- con ciertas sensibilidades bucales, como que no les guste cepillarse los dientes o comer alimentos crujientes
- en la motricidad y la coordinación
La mayoría de ellos no tiene problemas para entender lo que les dicen los demás.
Qué pueden hacer los educadores
Trabaje con la familia de su alumno con apraxia del habla para entender sus necesidades y saber qué es lo que más ayudará:
- Si un alumno suyo tiene un IEP (plan de educación individualizada) o un plan 504, utilice todas las modificaciones y adaptaciones que contemple ese plan.
- De ser posible, haga que su alumno trabaje con un profesional que sea logopeda y terapeuta de lenguaje en la escuela, así como con un tutor familiarizado con la apraxia del habla.
- Si está disponible en la escuela y el alumno lo necesita, ayúdelo a trabajar con un fisioterapeuta y/o un terapeuta ocupacional.
- Permita que sus alumnos trabajen en grupos reducidos en aquellas tareas que requieran hablar.
- No pida a su alumno con apraxia del habla que hable en voz alta en clase si se siente incómodo haciéndolo.
- Dele más tiempo para las tareas y los exámenes. Evite las pruebas orales (donde los alumnos dicen sus respuestas en voz alta) o deje que haga esas pruebas en una sala aparte con un solo profesor.
- Deje que su alumno se comunique de la forma en que se sienta más cómodo. Por ejemplo, puede:
- Usar gestos, dibujos o fotografías.
- Escribir o teclear en una tableta o computadora lo que quiera decir.
- Usar dispositivos asistenciales, como un dispositivo de conversión de texto a voz o una tableta informática con una aplicación de voz.
- Ayude a su alumno a confiar en sí mismo reconociendo y valorando sus puntos fuertes: en matemáticas, el deporte, el teatro, el arte o cualquier otra disciplina que le guste.
- Apóyelo. Si cree que su alumno está ansioso o decaído, hable con él y con su familia sobre las opciones de orientación y asesoramiento en la escuela o en la comunidad. Algunos distritos escolares no requieren el permiso paterno para que un alumno vea a un orientador en su escuela, mientras que hay otros que sí. Consulte la normativa de su distrito escolar.